domingo, 9 de diciembre de 2018

VÍA CRUCIS EN LA HORA DE LA MISERICORDIA

VÍA CRUCIS EN LA HORA DE LA MISERICORDIA



Padre Eterno, te ofrezco la dolorosa Pasión de Jesús para el perdón de nuestros pecados y los del mundo entero.

Por su condena a muerte, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por la cruz que le fue cargada sobre sus espaldas, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por su primera caída, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por las lágrimas de su Madre que vino a su encuentro, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por su angustiosa fatiga por cuya causa se debió obligar a un hombre a ayudarlo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por la compasión de la mujer que le enjugó el rostro ensangrentado, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por su segunda caída, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por las palabras que EL dirigió a las mujeres que lo compadecían, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por su tercera caída, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por aquella brasa de dolor que presentaba su cuerpo cuando fue despojado de sus vestiduras, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por la horrible transfixión de los clavos que atravesaron sus manos y sus pies, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por el Agua y la Sangre que brotaron de su Corazón como “fuente de todos los bienes para nosotros” (San Pedro Canisio), ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por la imagen de todos los dolores que ofrecía su Madre cuando lo tenía muerto entre sus brazos, a tal punto que aún hoy llamamos a esa escena “La Piedad”, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Por la piedra que se cerró sobre su sepulcro, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

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