Trata de incluir cualquiera de estas tres formas en tu oración diaria.
1. La Coronilla de la Divina Misericordia
Oración inicial: Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros. Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.
Comienza la Coronilla rezando un Padre Nuestro, un Ave María y el Credo.
Luego, al comenzar cada misterio (cuentas grandes) debes decir:
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
En cada cuenta pequeña (decenas) debes decir:
Por su dolorosa Pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Oración final: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero (Se reza 3 veces).
Oración : Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos.
«Oh qué enorme caudal de Gracias derramaré sobre las almas que recen esta Coronilla. Anota estas palabras, hija mía, habla al mundo de mi Misericordia. Que toda la humanidad conozca mi insondable Misericordia» (Palabras de Jesús a Santa Faustina. Diario 848, p.338).
2. La Coronilla del Santísimo Sacramento
Oración inicial: Comienza rezando un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria por las intenciones del Santo Padre.
Haz esta oración al comenzar cada misterio (cuentas grandes): Señor Jesús, te ofrezco mi pesar por los muchos sacrilegios cometidos contra Ti y por la indiferencia que se te muestra en el Santísimo Sacramento del Altar. Luego, en cada cuenta pequeña (decenas) debes decir: Jesús, yo te adoro en el Santísimo Sacramento.
Oración final: Santa María Madre de Dios, te ruego que lleves esta oración a tu Hijo Jesús y consuelo a Su Sagrado Corazón. Te pido el favor de agradecer Su presencia divina en el Santísimo Sacramento. Él nos ha tratado con misericordia y amor al quedarse con nosotros. Mi vida será para Él una oración de acción de gracias. Jesús, en Ti confío. Amén.
3. La Coronilla de santa Gertrudis
Oración inicial: Comienza haciendo la señal de la cruz y rezando el Credo. Luego, reza un Padre Nuestro, tres Ave Marías y un Gloria.
Teniendo la medalla del rosario como punto de inicio, reza un Padre Nuestro entre cada misterio (cuentas grandes).
En cada cuenta pequeña (decenas) haz esta oración: Padre Eterno, yo te ofrezco la Preciosísima Sangre de Tu Divino Hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del mundo por todas las benditas ánimas del purgatorio. Por todos los pecadores del mundo, por los pecadores en la Iglesia universal, por aquellos en propia casa y dentro de mi familia. Amén.
Al final de cada misterio haz la siguiente oración: Sagrado Corazón de Jesús, abre el corazón y la mente de los pecadores a la verdad y la luz de Dios, el Padre. Inmaculado Corazón de María, ruega por la conversión de los pecadores y del mundo entero. También se debe hacer la oración del Gloria.
El Señor le dijo a Santa Gertrudis que cada vez que se rece esta Coronilla, 1.000 almas serán libradas del purgatorio.
Son muchas las promesas maravillosas hechas a quienes recen cualquiera de estas tres coronillas. Llegó el momento de desempolvar tu rosario, buscar un lugar tranquilo y comenzar a rezar de tal manera, que puedas crecer profundamente en tu fe.
(Nota: Muchos han cuestionado el hecho de que si es apropiado usar el rosario como un collar o no. Aunque pareciera que no existe declaración oficial alguna al respecto por parte de la Iglesia. Nos podría ayudar leer el canon 1171 del Código de derecho canónico que señala: «Se han de tratar con reverencia las cosas sagradas destinadas al culto mediante dedicación o bendición, y no deben emplearse para un uso profano o impropio, aunque pertenezcan a particulares». De acuerdo a esta afirmación, podemos inferir que el simple uso del rosario como una tendencia o como un accesorio, no corresponde. Por el contrario, si usaras el rosario como una estrategia para dar a conocer tu fe o como un recordatorio para rezar, todo esto con la clara intención de glorificar a Dios por medio de María, entonces, ahí es válido)